El dilema de un poeta
Comienzo a darme cuenta la verdad tras mis escritos, la verdad hacia mí mismo, oculta y manifiesta en mis escritos... Amo la poesía, pero odio ser poeta. He amado tanto lo que he escrito, lo que otros escriben, los sentimientos que convergen y tergiversan transformándose en una cadena de inspiración inigualable en el arte. He amado tanto este arte, que lo considero la primicia de todo, y de todos los demás. He tenido que aceptar cada hecho de mi vida, relatármelo a mí mismo, como si fuese una película. He pensado e imaginado tanto, pero tantísimo, los miles de desarrollos y finales que pudiesen acontecer... que he sacrificado el hecho de intentarlo, y de por mí mismo florecer. Me he convertido en una herramienta de la propia poesía. En su sirviente, nunca su esclavo, pero si su sirviente. Le sirvo con agradecimiento, con humildad, con absoluta alegría, cada vez que me necesita. Eso... eso me hace ser así. Y por eso me doy cuenta que es la hora de abrir nuevos caminos, nuevas ...