Yo quería

Yo quería, yo deseaba.
Cada día imaginaba
como sería nuestra vida
con solo una mirada obstinada.

Que decía todavía
Después de tantos días,
lo que yo quería, lo que deseaba
cada vez que te imaginaba.

Yo quería no desear olvidarme.
Yo deseaba no querer rechazarte.
Yo quería dejar de evadir
Porque los deseos, por más que sean egoístas, algunas veces, a todos pueden hacer feliz.

Yo quería acercarme «a ti».
Yo deseaba decírtelo «todo».
La verdad «a mi modo».
Lamento llegar a pensar que soy un completo tonto.

Pero no sabrás cuanto te pensé, te soñé, desee un mundo perfecto en el que nunca dejases de vivir a plenitud. Donde la esperanza y la paz ya no sean necesarias, ya que los antónimos no existirían.

Y no cumplo con mi palabra al volver a escribir para ti.

Y puede que nadie sea capaz de cumplir con eso.

Una palabra de abnegación, un resultado de la vergüenza por la incertidumbre, por no saber el verdadero significado de amor, y no querer descubrirlo fallando. Mi limite era pensar que te haría daño, mientras que mi impulso era no acabar haciéndomelo yo. Aun así, no sé qué pasó, pero todo (cualquier) dolor no se niega, se siente, se aprecia, se admira, se supera, se cura.

Ninguna flecha duele ni porque esté directa en el corazón, nuestra alma se mantiene viva eternamente, y así, cada sentimiento, cada emoción, los momentos, lo que realizamos, toda acción... Permanecerá guardada... sellada... protegida... en lo más profundo y delicado de nuestro interior.

Porque como nosotros así de eterno es el amor.