¿Por qué no veremos al mundo como vemos en los sueños? Nos cuesta hacernos caso, nos cuesta estar atentos. Y luego tendemos a suspender nuestros sentimientos… A no dar la cara, soportar nuestros tropiezos, guardarnos en un baúl y volvernos dios de un juego. Quizá muriendo sea que cambiemos. Sólo aceptando nuestros errores, sólo a través de lienzos, podremos saber qué hacemos... Qué pensamos, qué deseamos... Por qué nos seguimos moviendo. A veces la vida nos vuelve tontos, los traumas, padecimientos, pesadillas históricas... que nos hacen velar con miedo, se convierten en tormentos y poderosas mermas a nuestro ego. ¿Qué haremos para repararnos? Podrían hacernos falta mil películas, cientos de series con decenas de capítulos, que se conecten a lo que vemos o no queremos ver en este mundo. Sin embargo, sumergiéndonos en lo más profundo de las referencias, podemos encontrar respuesta a todo. Porque todo lo que nos hace sufrir no es más que nuestra vida... Una vida... Una vi...