Mirada
Sonríe, recuerda y suprime
Somos aire, consciencia y suspiro…
Hacemos que nuestra alma examine
las intenciones de otros sumisos
seres reales u amigos
cansados, que estimen
cambiar su futuro forzado
y no mirar más fusiles.
Los sueños no nacen, se infectan,
creando divisiones o puentes,
como una enfermedad que nos complementa,
nos hace pelear, y luchar por el control
de nuestras corrompidas mentes.
Que ahora nos generan temor
porque nos hacen observar lo aparente
y cuestionar lo que es tan simple
que simplemente nos alienta.
¿Cómo llamaremos a la esencia de la supervivencia?
El sufrir nos hace grandes
Y el sentir nos alimenta.
Crecemos para hacernos fuertes,
seres capaces
de acabar con el tiempo
para limitarnos a ver la primavera,
mientras se desvanece el cuerpo
que una vez albergo basta consciencia
llena de sueños
y de suspiros
y de poemas.
Lo que observamos en los ojos marcados
son anhelos y promesas sin tinta,
es el reflejo de nuestra propia sonrisa,
que inspira a escribir
sea con tiza, en papel o en colores
sea en personas, en muros o en trazos
que guían a otro a quedarse,
reflexionando y esperando,
esperanzado,
porque las tormentas se agoten
y permitan dejarlo confiando
que el futuro provendrá de sus manos.
Somos lo mismo que curiosos miramos
Somos alegría, lágrimas y valor.
Tendremos mil vidas si seguimos marchando
hacia un mundo que olvide el color
y aprenda a percibirlo sin voz
con una mirada de sueños
cubierta de anhelos
pero pronta al sopor.
Somos aire, consciencia y suspiro…
Hacemos que nuestra alma examine
las intenciones de otros sumisos
seres reales u amigos
cansados, que estimen
cambiar su futuro forzado
y no mirar más fusiles.
Los sueños no nacen, se infectan,
creando divisiones o puentes,
como una enfermedad que nos complementa,
nos hace pelear, y luchar por el control
de nuestras corrompidas mentes.
Que ahora nos generan temor
porque nos hacen observar lo aparente
y cuestionar lo que es tan simple
que simplemente nos alienta.
¿Cómo llamaremos a la esencia de la supervivencia?
El sufrir nos hace grandes
Y el sentir nos alimenta.
Crecemos para hacernos fuertes,
seres capaces
de acabar con el tiempo
para limitarnos a ver la primavera,
mientras se desvanece el cuerpo
que una vez albergo basta consciencia
llena de sueños
y de suspiros
y de poemas.
Lo que observamos en los ojos marcados
son anhelos y promesas sin tinta,
es el reflejo de nuestra propia sonrisa,
que inspira a escribir
sea con tiza, en papel o en colores
sea en personas, en muros o en trazos
que guían a otro a quedarse,
reflexionando y esperando,
esperanzado,
porque las tormentas se agoten
y permitan dejarlo confiando
que el futuro provendrá de sus manos.
Somos lo mismo que curiosos miramos
Somos alegría, lágrimas y valor.
Tendremos mil vidas si seguimos marchando
hacia un mundo que olvide el color
y aprenda a percibirlo sin voz
con una mirada de sueños
cubierta de anhelos
pero pronta al sopor.
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