Enséñame a ser feliz
Enséñame a querer, querida. Enséñame a seguir; con vida. Enséñame a reír, y a creer que no todo siempre será media noche o medio día. He soñado con serlo y que en algún momento de estos se desvanezcan los tormentos que mi propio ego impone. Y que de tanto dispone la poesía, para hacerme transformarle, pero que pronto pierde sus mensajes, y necesita una nueva imagen y color. Enséñame a ser feliz, Poesía. Pero no tú, si no la real, verdadera, y única poesía. No una rima, no una vida, un deseo, un intento. Sino usted, Poesía Real; que es tan grande, y tan amada, por mí, por ser amiga, mi único recuerdo mi único final. Acompáñame poesía, tú que sólo eres letras, recursos, y sonidos. Pero además, que eres mi aliento, mis suspiros, mi agonía. Acompáñame por toda esta vida. Y sí toca pasar por otra y olvidarme de tus crías; enséñame a ser feliz creando nuevas sinfonías. Porque sólo tú, poesía, podrás ser dueña de mi vid...