La labor del docente


La labor del educador no es cosa de momentos, el crecimiento requiere de constancia y disciplina; el docente se encarga de ofrecer esas necesidades, y así, conseguir que crezcan sus alumnos y ellos también. Día a día, un horario específico, un intento, un esfuerzo, un placer por aprender y enseñar. Sin todo esto hoy la sociedad no sería nada. Sin embargo, es en eso en lo que se está convirtiendo.

No hay más opción, todos deberían comenzar a enseñar. Porque cada uno siempre tendrá algo que aportar a la sociedad, y que otorgarle a otros. Buenos y verdaderos regalos, tan invaluables como las personas. Llegará un momento en que no existirá ni paz; nada podrá progresar. Y, finalmente, morirán.

Toda la sociedad tendrá que renacer, recrearse, reeducarse; eso será un proceso más que difícil. Pues, si no hacemos nada, si no hay o existe alguien que nos impida retroceder, la vida misma, la historia misma, no habría valido tantas penas. No obstante, todo esto es resultado de la propia educación, que se ha quedado estancada, y ahora no existe motivación en el educador.

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