Aprendiendo a ser sincero
Después de mil intentos
comprendí por qué no sueño.
Después de mil intentos
comprendí qué tanto pienso.
Después de mil intentos
comprendí el estar muerto.
Acepté sentir mis sentimientos.
Después de mil intentos
entendí que nunca quise.
Después de mil intentos
entendí a mis raíces.
Después de mil intentos
entendí quién sobrevive
Aceptando y soportando
la magnitud de los cruzados
destinos enredados
que sorprenden conectarse.
Después de mil intentos
decidí dejarlo todo.
Después de mil intentos
comprendí cada silencio, que
Después de mis intentos,
que nunca fueron,
acepté cada
consejo
que aguardaba al momento
escuchándose al fin
en el borde de lo perfecto.
Perfectamente afín.
Después de mil intentos
aprendo a ser sincero,
viendo como creo
y confío sea así.
Porque después de mil intentos
ya no escribo existiendo en mí;
tan sólo intento que pueda verse…
Antes de los mil intentos
hubo muchas creaciones.
Después de cientos,
transformaciones.
Y llegando a ser un nuevo ser
comprendo cómo después de mil
versos ya hechos
no quedan ideas que señalen
lo que no fue
gracias a ti.
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