Promoción: Astro Fénix

Desde hace un tiempo he querido hacer promoción a uno de mis compañeros de lectura-escritura en la red. Un escritor que me logró demostrar el otro lado de la redacción, nuevas perspectivas de la realidad, de lo que se puede describir y lo que puede poseer un significado, y además, de cómo generar grandes impactos a través de grandes palabras, sin tiempo para aceleraciones.

Master Fénix, o también conocido como Astro Fénix, es un escritor que siempre recordaré como uno de mis primeros maestros y colegas. Aprendemos de la literatura mutuamente y seríamos como los ejemplos a seguir de los otros compañeros de nuestro Salón de Lectura1. (1.- Nombre de un grupo perteneciente a una plataforma de chat)

Una de las mayores razones para presentarlo ahora es la pronta culminación de su libro web. Este, ha estado durante un año actualizando sus escritos y mejorando una de las obras más importantes de su vida, un material que llegaría a ser el significado de todos los pasos que ha dado hasta hoy; por esta gran razón, decido, movido por sus sugerencias, presentarles el análisis de sus más relevantes fragmentos:
Su página.


Capítulo 1 – Familia
El inicio de todo, las decisiones tomadas, creyendo firmemente en la realidad y en las cosas, esto fue lo que sucedió, dando lugar al final más inesperado.

6 – Cronos
Empezó a soplar, fuertemente, entre la tranquilidad de ese lugar, mientras él se disponía a dirigirse hacia el puerto, los sonidos de sus pasos se fueron apagando hasta que llegó al final del muelle, se acercó lo más que pudo, mientras las irrefrenables olas del mar golpeaban estrepitosamente los soportes del muelle, creando un entorno calmado, tranquilo, sereno y agradable, él estaba allí, admirando su mano mientras levemente le daba vueltas analizándola.

-“¿Por qué estoy aquí…?” -Pensó para sí mismo.

Levantó su mirada unos cuantos centímetros hasta que logró apreciar el atardecer, la preciosa mezcla de luz compartida por el sol y la luna, dando lugar a un final del día fantástico y sorprendente, él visualizaba como las nubes apenas condensadas daban inicio al último baile del atardecer, cuando de pronto, la melodiosa tonada de un instrumento empezó a sonar, empezó desde el tono menos audible hasta convertirse en un conjunto unísono de notas, que a la vez se convertían en un delicado pero preciso baile en cada una de las teclas del mismo, se oía perfectamente que era una tonada melancólica, lenta, con varias subidas y bajas, varios tonos graves con algunos tonos agudos, los cuales eran bastantes escasos, la persona que tocaba el piano, no podía apreciarse, se encontraba algunos pisos más arriba en el Puesto Avanzado, justo desde ahí en el acantilado, el final de la tarde le iba dando una cálida ofrenda de bienvenida a la negrura de la noche, acompañada por los apenas perceptibles destellos de las estrellas, Astro regresó su mirada al horizonte y empezó.

-Este bello momento, dónde las tonalidades de naranja y rojo se funden en dónde alcanza la vista, se le llama “Crepúsculo.”, es el sitio para las personas que han dejado este mundo, este es el único momento del día dónde el más allá y nuestro mundo se unen para dar paso a las almas perdidas de aquellos que ya no están, dura solo algunos minutos, pero son los minutos que debemos dar a los que de una forma u otra, ya no pueden seguir aquí… -Explicó en tono bajo con un semblante de nostalgia.

Justo al terminar su última frase, casi susurrando se acercó más al borde del muelle, con su mano izquierda abrió un poco su chaqueta negra, y con su mano derecha tomó una flor, era una orquídea, algo que, para él, tendría algún significado importante, acercó su mano lo suficiente hasta que pudo sentir el agua y dejó la flor en el mar, permitiendo que se alejase lentamente y emprendiese su camino, a dónde sea que el viento la lleve.

-Sé… libre… -Terminó en lo que volvía a ponerse de pie y finalizaba la delicada tonada de ese piano de cola…

Capítulo 3 – Oscuridad
Mi vida ha tomado un rumbo totalmente distinto, por razones que van más allá de mi cordura y mi comprensión, me he visto envuelto en una cadena de acontecimientos de las que no podré escapar.
6 - El Telón

El Telón se abrió, tal como el velo que descubre los ojos de oscuridad, lentamente, arrastrándose por el suelo de madera quitando el polvo de ese lugar ya olvidado, la figura de esa Sombra se hizo presente justo en el medio del escenario, sosteniendo en sus manos lo que parecía ser unas flores violetas, las cuales no tardó en levantar, con sus brazos, lo más que pudo separándolas una de la otra, en el momento en el que sus manos alcanzaron su tope, la delicada tonada de un piano de cola empezó a resonar armonizando el ambiente, dándole inicio a su actuación, deslizó sus pies por el escenario de un lado a otro, haciendo giros suaves pero certeros, con sus brazos levantados.

-Oh, tú qué conoces mis dolores y penas, te necesito para que me lastimes, te necesito para que me mientas. -Hizo una pausa, bajando sus brazos hasta el suelo y reincorporándose nuevamente. -Te necesito para que me desangres, te necesito para que me abandones, para que me hieras, te necesito para que me olvides.

La tonada siguió su curso, la Sombra ahora daba pasos erráticos por todo el escenario, haciendo arcos con sus brazos, mientras los pétalos caían de las flores, alzó la mirada y llevando las mismas a su pecho, regresó a su posición inicial, abrió sus ojos lo más que pudo, de una manera inquietante y con una sonrisa forzada.

-¡Te necesito para que me destruyas!

En un abrir y cerrar de ojos la tonada cambió bruscamente y el telón se desgarró, las flores desaparecieron de sus manos, en su lugar, tenía unas hachas de madera a las que se les podía apreciar manchas de sangre bastante recientes siendo agitadas en todas direcciones, su cara perturbadora y penetrante, solo podía denotar la locura de su mente, volvió a moverse erráticamente por todo el lugar.

-Oh, mi amor. -Descansó unos segundos y se repuso con más energía qué nunca, se levantó y a todo pulmón dijo. -Pero si hubieras visto con que clemencia lo hice, ¡¿No lo ves?!

-Los libere a todos, ahora están en un lugar mejor, oh pero que melancolía, mira nada más, si hubieras visto la primera vez que me acerque a ella... su seca piel... Sus frías manos, sus grisáceos ojos... su hedor... su cuerpo muerto... oh, pero nuestro amor no puede ser, es un amor imposible, ¡Imposible!

El piano dejó de sonar con un violento golpe de teclas y el telón se cerró, ha acabado la obra.

Capítulo 3 - Oscuridad

6 - Espíritus Atormentados


(I)
De nuevo, recurrente he imparable, ese era el viento que se arremolinaba a su alrededor, de nuevo él se encontraba en un lugar de su mente que no podía reconocer, cerró los ojos con fuerza durante un momento y se dispuso a alzar su vista lo más que pudo, ante el vio de primera mano lo que podía ser otro espejismo justo como le había ocurrido anteriormente…

-Ella está a tiempo… ella, es otro Espíritu Atormentado… -Dijo en un tono apenas audible mientras volvía a perder la visión.

… ella… es igual a mí… quizás… esto es algo qué debo proteger…”
(II)
Ella lo tomó de las manos y haciendo un arco con su brazo, lo aferró a ella, lo ayudó a levantarse y caminaron así, durante algunos momentos, él se quedó dormido mientras caminaba a su lado…

-¿Puedes ver acaso esto que tengo en el pecho?
Ella lo miró dubitativa por unos instantes.
-¿Hablas de tu Corazón Negro?
¿Te irás así con tu corazón roto?
-Esto… no tiene reparación… -Respondió sin ánimos.
-Eso nadie lo sabe, ni siquiera tú.
(III)
Él la siguió muy pegado a ella hasta llegar a lo que parecía ser un taller, o un aserradero, al llegar, lo primero que saltaba a los ojos era que había mucho aserrín y polvo, sumado con algunos pedazos de corazón desperdigados en la entrada, y en la parte superior, se podía apreciar un mensaje “Reparo corazones, no hago milagros”.
Ella lo miró dubitativa y señaló al cielo con su dedo, indicando que tenía una idea.
-Hay una cosa más que podemos intentar…
Ahí parado, enfrente de ese aserradero, él sintió como ella tomó su mano, y pronunciaba las palabras que siempre quiso oír, una lágrima corrió velozmente por su mejilla y terminó su viaje…

Capítulo 2 - Sombras

Desde la Oscuridad emergió, y en la misma se perderá, las ilusiones de algo que no fue para siempre, las promesas dichas, y la muerte de uno de los dos.  
7 – Manto de Estrellas (I)



-Mmm… -Dijo dubitativa. -¿Por qué miras tanto las estrellas? -Preguntó confundida.

Observó con detenimiento como su novio contemplaba las estrellas a través de la ventana de la habitación, él se tomó algunos minutos antes de contestar.

-Siempre… me he preguntado si nosotros, los humanos al nacer, se nos asigna una estrella del cielo. –Comenzó a explicar Astro.

-Eso es estúpido. -Contestó ella enseñando los dientes.

-¿Tú crees? –Preguntó. -Existe quienes dicen que, al nacer, se nos asigna una estrella del cielo, dicha estrella aparece solo 1 vez al año, y es posible saber cuál es, porque el día que nacemos, ese día, es el día en el que esa estrella, brilla más, por encima de las otras. -Explicó seguro de sí mismo.

Ella solo se limitó a sonreír.

-Las estrellas, solo son para verlas. -Aclaró Emilatte.

-Quizás, son solo más que puntos en el cielo. -Contestó él aún más decidido que antes.

-Podría ser, pero-… -No terminó la frase.

El repentino sonido del marco de la ventana abrirse, sumado al ventarrón que se produjo en la habitación, interrumpió a Emilatte.

-¿Pero tú a dónde vas? -Preguntó extrañada, al observar que su novio ya tenía un pie afuera.

Él no respondió, volteó levemente su cabeza hacia la izquierda, mirándola de reojo e hizo una mueca con la boca sonriendo, seguidamente saltó hacia la cornisa del apartamento.

-¡Eh, vuelve aquí! -Exclamó ella preocupada acercándose sin demora al marco de la ventana.

Él estando ya fuera, empezó a caminar por la cornisa mientras ella lo miraba desde el interior de la habitación.

-¡No hagas que salga a buscarte! -Amenazó en un tono elevado de voz.

-Pues ven. -Incitó él mientras se reía de forma burlona.

-“Dios, está muy alto.” -Pensó para sí misma mientras procedía a montar su rodilla derecha en el marco de la ventana y seguidamente saltaba hacia la cornisa. -Estás loco Astrof. –Dijo al sentir que sus piernas le fallaban.

-¡Hey, atrápame! –Gritó, y seguidamente, se dejó caer desde la cornisa… Continuará

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Y así nos deja:


Un saludo a todos menos a uno.


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