El valor del nosotros
Hay palabras que no riman
ni siquiera con nuestra propia alma; que no llegan a ninguna parte, carecen de
poder. Entre esas palabras su uso, el buen uso y la aberración de su energía,
estamos nosotros. Como persona, como señal y como gesto. Somos la energía que
absorben esas palabras y la esencia que retransmiten.
Por eso, si hacemos daño,
no somos entendidos, somos mal entendidos; estamos faltándole a nuestro más
puro ser. Y perdemos, no sólo el valor de las palabras, sino de la propia
existencia.
El conflicto es simple.
Cada palabra es una demostración y creación de nosotros, una extensión de
nuestro ser. Por eso, dependiendo de lo que decimos, además de conformar a la
influencia de lo que hacemos, podemos cambiar nuestra perspectiva y nuestra
personalidad, todos nuestros hábitos están en juego al usar las palabras. Pues,
nacen de nosotros porque ya las escuchamos, entendimos, memorizamos y
generamos. Por lo tanto, el uso del lenguaje es algo realmente importante, es
la vestimenta que le damos al mundo, y el color con que pintamos el aire. Todo
lo que respiramos, hubo una vez en la que fue el aliento de otro hombre, el
pensamiento espontaneo de otro hombre, la alegría, la tristeza, el dolor, la
emoción, de otro hombre.
Llenando el mundo de
buenas palabras, de hermosos colores; y llenando al mundo de formas y
descripciones realmente cercanas a nuestra belleza, la belleza que apreciamos
en la naturaleza, podríamos de esta manera, y esta vez de verdad, llenar al
mundo de esperanza y buenos deseos. Darle paso a los sueños, todos los sueños,
que alguna vez tuvo cada uno, y luego fueron cambiando.
Lo que sale de nosotros
nunca morirá, una palabra, un sonido, una voz… Todo, sorprendentemente es una
expresión artística, una liberación emocional, literal. Cada acción, cada
pensamiento se ve trastornado por lo que dicen otros y lo que absorbemos
nosotros, abstraemos entre el caos. Si el mundo hablara mejor. Y todos
dejásemos de dañar nuestro lejano aliento… Seguramente, nos acercaríamos a la
unión que tanto se desea hoy en el mundo.
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