Una voz pequeña
Diminuta sonrisa.
Relámpago triste.
Sonido armonioso.
Tus pensamientos que eximen
los sueños de seda.
Diminuta voz.
Exageradamente dulce.
Pálida y suave
como las plumas de un ave.
Las avecillas que cantan,
cada mañana,
en el labrar de las casas.
Tú sonrisa me recuerda a la ciénaga.
Deseaste alguna vez:
«Que tu consciencia nunca se apague».
Cuando la calma merma los sentimientos de un viaje
enloquecemos por temor a sentir.
Sentimos soledad, frío y amargor
ahí fluyes esperando un momento mejor.
Llegas a la consciencia de tu autor.
Creces, transformas, trasciendes.
Te enamoras, odias, pereces.
Naces en obra de amor.
Y te recuerdan siendo la pequeña voz de su pasión.
Comentarios
Publicar un comentario