Colmo de un poeta
Existen cosas, hábitos,
situaciones, hechos, que simplemente nos hacen reírnos de nuestra simple pero
complicada naturaleza como artistas. Son cosas que nos pueden pasar a todos, y
a la vez, cosas que nos deberían de ocurrir a todos para que así aprendamos un
poquito más de lo que podemos ser.
No tienen un orden en
general, sólo son, sólo van y vienen. He aquí los colmos del escritor y del
poeta:
- Abreviar, anotar y olvidar.
- Tener una frase para cada momento… Pero que aun así no funcionen contigo.
- No poder presionar ese botón.
- Tener los mejores versos preparados, formular la más fascinante historia que alguna vez se
- haya escuchado… Pero que no encuentres la forma y el momento para escribirlo.
- Pensarlo, imaginarlo, soñarlo. Y que al escribirlo ya no sea lo mismo.
- No saber cómo decirlo, pero sí como escribirlo… Y más nunca recordarlo.
- Esforzarse en hacer más mientras otros destacan con lo simple.
- Hacer poesía con todo, pero nunca con lo que quieres o cuando quieres.
- Soñar despiertos y vivir dormidos.
- Perder la voz buscando un mundo sin ruido.
Y para ti, ¿el verdadero
colmo de un poeta cuál sería?
(Para mí, el verdadero
colmo de un poeta es…)
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