¿Acaso podremos hacer más que esto?
Siempre nos hacemos preguntas, la mayoría nunca reciben
respuestas. La historia cambia, el destino cambia, pero nosotros seguimos
siendo el mismo ser inestable.
Crecen nuestros talentos con la práctica, erramos y
reconocemos las debilidades, decididos a siempre hacer algo más relevante, algo
más precioso, algo más perfecto, algo verdaderamente bello. Puede que sea esa
una misión natural; puede que estemos condicionados innatamente a evolucionar y
superarnos por nuestra cuenta.
Pensamos mucho los humanos, o al menos dicen que nos
caracterizamos por ello, ¿será esa la base que nos permite trascender? Porque
aunque mil adversidades suframos siempre querremos esperar y superarnos,
decimos: «tenemos que encontrarnos, los humanos». No sabemos a cuantas personas
de verdad tendríamos que conocer.
Nuestra cabeza, nuestro cerebro es muy pequeño para albergar
tantos secretos que guarda nuestra mente. De algo podemos estar muy seguros y
es que nuestros irracionales recuerdos desordenados y cambiantes almacenan un
sinfín de ideas, emociones, sentimientos y pensamientos del momento existente.
A raíz del despertar de esos recuerdos se genera una persona, una diferente
personalidad asociativa.
Reconociendo todo esto ¿podremos conocernos por completo?
Cualquiera diría que no, lo posible es tener consciencia del ahora y del
momento, y todas las variantes que tenemos al cambiar diminutos factores del
ambiente.
Entonces, para ser y crear más, para hacer cosas realmente
nuevas, o para dar un paso más en nuestra evolución, tenemos que vivir más y
tratar de experimentar, aun siendo compartidas, percepciones de algo nunca
antes visto. Los escritores, los artistas, debemos de buscar cada día nuevas
fuentes de inspiración.
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