Sin sentidos
Cuando nacimos carecíamos de sentidos, el
hecho de responder tenía que ser aprendido. Pero una vez que estamos listos, de
pensar, percibir e imaginar… ¿Por qué se nos hará difícil sentir de verdad?
Será resultado de la elección natural, el
hecho de ignorar el sufrimiento de los demás y de no pensar y vivir atentos a
alguien más, aunque en algunos momentos intentemos empatizar, ¿cómo sabremos si
es de verdad?
Mientras damos un paso miles de personas
mueren, no lo pensamos no nos duele, pero si está cerca nuestra identidad se
excede pensando en sobrevivir y mantener su especie. Cuando no somos nada
importante al no tener quien nos releve, ya que sin nada que aportar es solo
una vida la que se pierde…
El valor humano es infinito, como lo es su
potencial, todos pueden llegar a cambiar y ser más felices, más útiles y
especiales para la sociedad, pero ese camino también lo convertiría en un ser
indispensable. Sin embargo los humanos fueron selectos para poseer la capacidad
de superar, entre tantos animales, nosotros podemos llorar.
Si pudiéramos dividir al mundo, bondad y
maldad, aceptar esa dualidad con seriedad, ¿Qué destino nos ha de tocar? Entre
Vivir en un mundo lleno de paz o sobrevivir entre el caos y la frivolidad.
No tenemos la verdadera capacidad de sentir,
si tan solo fuésemos sensibles, si pudiéramos percibir y responder ante la más
mínima pero real parte de sucesos que ahora se viven, no podríamos contenernos
en cualquier lugar… Tales cargas, tantas faltas, fallas, del humano inmoral.
Aunque si lo podemos imaginar, cuesta tratar de recrear cosas que deseo no
lleguen a sufrir jamás.
De otra forma podríamos sentirnos y
maravillarnos de lo irreal que es el amor y la bondad, capaz de toda una vida
cambiar y al mundo limpiar por partes en su totalidad. Aunque duele aceptar,
que el humano es neutro y más horrible se siente pensar en lo que está mal que
imaginar la felicidad de otros que nunca tendremos igual.
Sabrán cuanto aflige decir la verdad pero
darnos cuenta es el primer paso para seleccionar lo que queremos lograr y
cambiar.
Dicen que la bondad es capaz de tolerar a la
maldad, porque entre su diafanidad se encuentra un pasado colorido, y reconoce
que le supera en todo como si observara a un niño. Sólo le permite vivir
esperando que aprenda lo que es ser él mismo. Sin necesitar de nada más que lo
esencial.
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