¿Podemos hacer algo sin energía?

No podemos hacer nada sin amor


Todo es energía que a partir de ella, transformándola, se logra la creación de todo lo que vemos.

No se puede escribir sin esa energía, y su estado más puro es el amor, siempre será necesario, bien sea un amor apegado al sentimiento, a las emociones, a alguna pasión; un amor puro (meramente existencial) o un amor orgánico (no se sabe cuánto se tiene y cuánto se da, ni por qué).

Así como los humanos nacen gracias al amor, entre dos personas, un escritor, un poeta, nace gracias al amor, la cual en esencia se encuentra en todas las personas, que se concentra en un ser que desea expresar algo. Por lo tanto el escritor es el recipiente donde se logra traducir y manifestar todo el amor del mundo, toda la energía transformada en arte que las experiencias, el conocimiento, su ambiente le ha permitido percibir para algún día poseer tal don.

Cada palabra que sale por nuestras bocas, se manifiesta. Cada sonido, sea natural o nuestro, resuena en el lugar, se expande y vibra, aunque cada vez más leve, llega a todo el mundo. En algunos casos su fuerza aún queda ahí. Pero no hacemos caso.

Por ende cada acción que ejecutamos repercutirá en nosotros mismos, y en los demás, así como las ideas que son transmitidas de persona en persona, de oración en oración, escritas, enviadas, archivadas, generan una chispa variante de inspiración.

Todo ser es arte. El mero hecho de vivir, también lo es, pues, ¿cada día no vivimos esforzándonos, repitiendo los mismos hábitos, que con el tiempo logran perfeccionarse y perfeccionarnos? La vida es una constante práctica, de cada minúscula acción, de las más grandes labores; y nuestro pensar es tan infinito pero tan habitado que nos sentimos como una mente finita, diminuta, pequeña en comparación con nuestro mundo, nuestro ambiente, nuestro cuerpo. No nos damos cuenta que todo ello y más, el universo, cabe cómodamente dentro de cada uno.

Imaginamos alguna vez qué seríamos sin comida, sin agua, sin dormir, sin esos procesos naturales... Luego nos damos cuenta que existen cosas insignificantes, irrelevantes realmente, pero, que no podemos dejarlas. Y de la misma forma, le dimos energía a lo que carecía de ella y ahora ello nos complementa; nos acostumbramos a consumir, procesar más y más energía y dejamos de valorar lo que de verdad importa. Perdemos esa verdad, esa búsqueda constante por encontrar la verdad, y el mismísimo ensimismamiento con ella, la conducta de evasión, de crecimiento. Perdemos la capacidad de amar de verdad, y con ella, ya no podemos crear, manufacturar, idear, imaginar... absolutamente nada. Nosotros mismos, perdemos la capacidad y el propósito para vivir. Pasaríamos a ser las más naturales y perfectas máquinas hechas alguna vez por un ser viviente.

Mientras exista tiempo, mientras exista espacio, mientras aún vivamos.
Mientras alcance el día para mirar a un lado.
La misma noche diga que nos hemos enamorado.
Que llore el cielo aun temblando.
Porque cuando un corazón se abre,
y se transforma,
las almas puras se le quedan mirando,
el ser cruza hecho ente, él es arte.
En instante
todo cesará, ya que no había nada a su lado.

Pero algún día nacerá en verdad un creador de cambios.

Aquel día las nubes se caerán, y caminaremos sobre el cielo que nosotros mismos habremos logrado.

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