Te recuerdo.
Los limites se hacen invisibles cuando tu voz recuerdo.
Cada vez que escucho un vestigio de aire comprimido.
Cada vez que el viento sacude el oxígeno en mi oído.
Cada vez que siento que necesito animarme, tú apareces en mi mente y comienzas a sanarme.
Cada momento feliz se evoca al instante, no puedo pensar;
Cada hábito que aprendí de ti se expresa ahora, no puedo callar;
Cada vez que te recuerdo todo se vuelve, una vez más, azul.
Quisiera que todo se situara en el pasado.
Que pudiera pasar por los lugares más solitarios,
donde ustedes esperan pacientes el regreso
de la formación constante de buenos hechos.
Entre tanta desesperanza y depresión,
entre la destrucción y la evasión,
hallé tu voz... Una voz
suave, compasiva, dulce, escurridiza, alusiva al color naranja.
Era la juventud de tu esencia la que me mantuvo con vida,
pronto, muy pronto...
Todo se volvió gris, aunque, era conmovedor.
Todo se volvió cómodo, aunque, problemático.
Todo se transformó, mi vida ahora cambió.
Y me di cuenta que como tú existen muchos seres,
alegres, pacientes, únicos y llenos de bondad.
Seres tan dispuestos a cooperar y a preocuparse por los demás.
Me alegra haberte conocido entre esa inmensa soledad,
acompañado no te hubiese seguido,
estando solamente solo, nada más te hubiese visto girar... Llorar... Por no poder ayudar a otro ser especial... A encontrar la verdad en un mundo lleno de esperanza.
Un mundo destintado, donde cada quien le otorga su color a lo que quiere.
Comentarios
Publicar un comentario