Cautivadora Esencia
Presencia, la que queda en todo lugar donde te encuentras.
La de tu cuerpo y alma que se desprende constantemente
como la esencia que transpira tu organismo.
Aquello que no deja de brillar,
la luz de tu propia vida que te nutre y te protege.
Aquello que nunca deja de trabajar,
la luz que te guía y anima cada día.
Las preciosas polillas recuerdan tu nombre,
más que tu imagen, tu comportamiento,
toda tu forma de ser está allí.
En el fabuloso orden de los lepidópteros.
Cada quien tiene su forma,
su animal, su color, su timbre, su aroma.
Pero, cada quien puede elegir
como ver a los demás.
Cada quien elige como sentir.
Por donde pasas dejas tu marca,
quien no te recuerde blasfema el credo
de la belleza, el arte y el amor.
Vestigios de todo color impregnan el aire,
solo los tuyos destacan ante el ojo observador
de un autor,
que busca y encuentra la belleza en el arte y el amor.
Quién te vea y no te siga. No querrá ver ni pensar en nada.
Solo lo bueno y sincero destaca, (lo falso es tan efímero y
débil que mucho no tarda en atenuarse.)
Si desapareces todo lo monocromo
el mundo en colores resultaría tan aburrido.
Como el terror de color frío que otorga suspenso,
Como la comedía vivaz que brilla,
Como la fuerza que se siente en lo que realmente importa.
Tú selecta eres y sigues esa norma.
No dejas que el mundo pierda cada molde,
donde poco a poco la perfección se vuelve solo un concepto
pero la belleza se transforma en la verdad.
Es impensable olvidarse
mientras continuamos recordando el asunto del olvido,
porque cada vez que nuestra fe se apaga
la luz de otra vela enciende esa llama.
Los vestigios de tu vida se hallan dentro nuestro
a donde quiera que veamos ahí te vemos,
cuesta afirmar que, cual sea, tú ya has cumplido tu
objetivo.
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