¿De qué ríe el poeta?

¿De qué se ríe el poeta?

Si no es de sus letras, el puño marcado como sello en el papel.
Sabrá que sus lienzos son hojas al aire, su pincel es el lápiz improvisador.
A veces varía, su teclado escondido, guarda sus letras que verán en cristal.

No hay nada mejor que reír del amor, ganarse la vida con su vocación, estar relajado en un cómodo tiempo, donde no reine el sudor sino la inspiración.
Pero, ¿De qué ríe? Si no es del aire.
¿De qué come? Si no es lo que crea.
¿Comerá a la gente, hará lo que sea?

Basta con saber que hay un escritor, allí los vemos no tienen temor.
Al brazo abrazador de la tímida sociedad, se encuentran ocultos, sirviendo al mal.
La sociedad no aprecia al arte, ¡Si no tiene nada que arrojar!
Se agrupan los cuentos, se unen las novelas, las historias proféticas se quedan sin grupo (las acogen pero no entienden los puntos).

Los signos se quedaron sin exclamación.
Ya no hay nada que hacer nos toca morir, o vivir como dioses creando maravillas, sin preocupaciones de vida, placer ni dolor.
Es así el poeta, antes de convertirse en amor.

Antes de ser un humano, el que crea, a través de una mínima expresión.